
Pink Floyd se estrenó en el panorama musical con una verdadera joya psicodélica, The Piper At The Gates of Dawn. Grabado en 1967 en el conocido estudio de The Beatles, Abbey Road, surge de la genialidad alucinógena de Syd Barrett. El grupo, que debe su nombre a dos bluesman de Georgia: : Pink Anderson y Floyd Council, estaba formado por unos excelentes músicos como Rick Wright , envolvente y atmosférico al órgano, Roger Waters con su bajo rítmico y potente y Nick Mason ayudando con la batería a crear ese ambiente denominado “space-rock”, tenían en su guitarrista, Syd Barrett, al gurú de esta obra maestra no sólo de la psicodelia (“Astronomy Domine”) , también del pop (“Lucifer Sam”) y del germen progresivo (“Interstellar Overdrive”).
Un disco envolvente, espacial y atmosférico con melodías y letras extrañas, surrealistas, estelares, infantiles... habla de gnomos, de bicicletas, de planetas...
Tras este disco, Syd participó sólo en “Remember A Day” y “Jugband Blues” en el siguiente LP de Pink Floyd, “A Saucerful of Secrets”. Sus problemas de salud derivados del consumo de LSD le apartaron del grupo. El nuevo guitarra y voz de Pink Floyd sería David Gilmour.
Ver los vídeos de este disco: "Lucifer Sam" y "Astronomy Domine"
La música de Rufus Wainwright empezó a sonar en mis oídos de un modo pausado y tranquilamente lo fui asimilando. Su último disco, “Release the Stars”, es una brisa calmada y templada, sin los estridentes y correspondientes “hits” del mundo pop, aunque Rufus hace pop. Un pop orquestal, teatral, de opereta, de banda sonora...suena Broadway, a “canción ligera de Gente”. A veces puede parecer un disco lineal pero nada más lejos de la realidad, está lleno de matices, de maravillosos cambios. Particularmente, me cautivó cuando lo descubrí de casualidad en MySpace (Beli, nunca recordaba su nombre) y desde entonces, cada vez que oigo el disco, me elevo.
En una reciente entrevista se sinceraba Rufus que en este disco pretendía dejar las canciones más acústicas y sin orquestación como no ocurre en sus anteriores discos “Want One” de 2003 y “Want Two” de 2005. Sin embargo, no suena este último como una continuación de los anteriores y es fresco y nuevo. Además no creo que sea un error. El disco es pop en sus melodías que tan bien domina Rufus, (“Batween My Legs” o “Going to a Town”), a McCartney (“Rules and Regulations”), finales tremendos, pianos, violines y flautas, caídas cálidas (“Tulsa”, “Not Ready to Love”), recuerdos infantiles (“Tiegarten”)...toda una mezcla para esta banda sonora.
Ver videos de este disco: “Going to a Town” y “Rules and Regulations”
Visitar: www.myspace.com/rufuswainwright
www.rufuswainwright.com
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